miércoles, 18 de febrero de 2009

Las postrimerías del niño.

"No podemos ser niños eternos…"

Paulo Coelho


 

Esta tarde, mientras comía pude intercambiar ideas, palabras, razones y verdades. Y como me ha pasado recientemente, continuo descubriendo cosas. A través de los ojos de los demás, de las palabras no dichas y que se quedan prisioneras en la cárcel de una mirada intensa, dirigida a no permitir su paso. Ocultando una verdad, a veces oscura, a veces deseosa.

Después de comentar lo bueno de la comida, lo cómodo del asiento y otras tantas cosas así de importantes, pasamos a una conversación. De la razón, de los sentimientos, emociones y pasiones. De cómo negamos precisamente esas cualidades inherentes al humano, dejando expuesto y en acción a nuestro instinto, que nos invade, nos ciega y nos lleva a comportarnos de manera automática, sin pensar, apelando solo a las sensaciones previas, a la experiencia sensorial. Y no nos damos cuenta de lo que tenemos alrededor en el presente, de lo que estamos viviendo. Y nos quedamos enfrascados en lo mismo, lo de siempre, la costumbre y se vuelve como un cable en el cual nos vamos enredando día con día hasta que no podemos desatarnos.

Para desarrollar bien mi idea, a continuación les comparto mi pensamiento, a través de palabras más precisas:

CERRANDO CÍRCULOS

Por Paulo Coelho


 

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se

queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

Suena tajante y muy duro. Fácil de hacer no es, pero es posible y si me permiten compartir mi humilde opinión. En verdad nos lleva a vivir la vida de mejor manera, libres, sin presiones, sin ataduras y disfrutándonos plenamente a nosotros mismos. Si, en este momento no falta de alguno de ustedes lectores, quien esté pensando muy coloquialmente: "Claro, como esté güey seguramente ya no tiene nada detrás; cola que le pisen" Y no es así, sin duda quedan cosas por ahí, pero para beneficio del adulto de hoy, ya sólo son papeles rotos, teléfonos olvidados, juguetes regalados; son solamente las postrimerías del niño.


 

3 comentarios:

Berna Klein dijo...

Ya lo platicabamos ayer Don, fácil no es pero al menos hay que intentarlo, pérdidassiempre habrá, sólo hay que encontrar la madurez necesaria para aceptarlas y asimilarlas para seguir adelanet. Paulo Cohelo es un poco más drástico, yo pienso que la vida tiene sus momentos y hay ocasiones en que los "momentos" no coinciden

Luz dijo...

Gracias Alex... de verdad gracias por este post. No conocía el texto y es maravilloso, me lo voy a piratear, x cierto. Y sí, es muy dificil pero como bien dices, es posible. Yo decidí tirar, depurar, regalar y olvidar muchas "cosas" hace unos años, cuando me sentí lista para hacerlo y de verdad fue una sensación increíble. Ahora ya es tiempo de hacerlo de nuevo con algunas cosas q quedan x ahí, y sé q en breve llegará mi momento de decir: "ya estoy lista" y lo haré.

Anónimo dijo...

Carnal, es un verdader placer conocer una parte de su lado "b".
me gusta su blog y sus letras;
Este texto de Cohelo es maravilloso, gracias por compartirlo y soltarlo...

Un abrazo