sábado, 6 de octubre de 2007

De regreso...


Vaya, en realidad es sorprendente lo rápido que puede pasar el tiempo. Sin duda, parecerá que me había olvidado de esto, pero afirmar eso sería tanto como decir que me había olvidado de alguna parte o algún órgano mío. Que sin duda se trata de un descuido gravísimo, como cuando alguna persona tiene un malestar y no va al médico. Siempre con intensas y perennes ganas de escribir, ni así lo conseguía, pero aquí viene la explicación, que es sólo eso y no un pretexto.
Este último trimestre ha sido uno de los más trascendentes en mi vida. He tenido la oportunidad de redescubrirme, o no sé si apenas descubrirme, pero lo importante es que he tenido la oportunidad de explotar mis cualidades, mis características, mis capacidades, como sea que se les llame. Lo importante es haber descubierto y comenzado a explorar el potencial personal que en varios sentidos poseo; en el ámbito laboral/profesional, en el personal, en lo social. Sin embargo, esto no es obra del Espíritu Santo o de un acto de "iluminación" (según el proceso creativo) sino de una conjunción de factores positivos que me han conducido a ello. Los menciono a continuación, no en orden de importancia, sino aleatoriamente.
  1. La decisión de cambiar de trabajo.
    A partir de ella, me integré a la plantilla de Unimedios, Agencia de Medios con servicios integrales de consultoría, planeación y contratación de medios. Encargado de la Gerencia de servicio me es preciso relacionarme con clientes y proveedores (entiéndase medios) lo que ha generado una exorbitante cantidad de relaciones interpersonales, cordiales casi todas, con una delgada excepción. El desenvolvimiento ha ido "in crescendo" y continua a la alza. Contamos con una interesante plantilla de recursos humanos; con todos tengo una excelente relación y los dos recién llegados no me dejarán mentir. Ustedes saben niños… Todo esto me tiene muy contento.
  2. La influencia positiva de un tipazo. (y su changuita!!!)
    Aquí, antes que otra cosa, cabe hacer la aclaración que esto no es tan sólo del último trimestre (ni siquiera la changuita) sino de más tiempo atrás. ¿Qué puedo decir? Que me he rodeado de gente positiva, trabajadora, que fomenta la cordialidad y el respeto; con una contagiosa pasión por las cosas, por los gustos, siempre presentes en las duras y en las maduras (como dirían los españoles), alentando las buenas acciones y criticando (siempre de manera constructiva) las acciones menos positivas o favorables. Es un jovenzuelo, de quién he aprendido tantas cosas, desde lo más simple, como el domino cubano (que tiene su chiste), hasta lo más profundo. Con todo ello, sin duda, podría haberse apellidado Villela, y aun cuando lo considero como un hermano ya tiene su propio apellido, que lleva con orgullo y dignidad. Felicitémoslo, hasta en la letra inicial del apellido coincide conmigo. V.
  3. El triángulo.
    Esto nos podría remitir a una clase de geometría analítica o algo así de complicado, pero no, esto lo es más aún. Se trata de la familia. De mi círculo familiar más cercano: Mamis, Papis (ambos bautizados por mi cuñada Lituana en una jocosa forma de decirlo), el Mupp, el Ro y yo. ¿Porqué un triángulo? Esa es la parte más simple de contestar, y la respuesta nos la ofrece la geografía. Tres vértices alejados físicamente que, sin embargo, al unirse dan forma a una figura perfectamente definida. A pesar de la distancia, nos encontramos verdaderamente unidos. No obstante los kilómetros que nos separan (Lituania-México-Qro. ah, y de aquí el triángulo) percibimos el crecimiento individual y se refleja en el fortalecimiento del triángulo. Hemos pasado por cosas fuertes, que como debe ser, no nos han separado sino que han generado mayor cohesión. Esto me aporta tranquilidad, y claro, me tiene contento.
  4. Reencuentros y desencuentros.
    No podía dejar de mencionar esta parte, pequeña, pero significativa. En mi personal forma de ver el mundo, quiénes están cerca de uno, son quiénes deben estar, es simple y llano. Y no importa si es el destino o es libre albedrío, pero están presentes y eso es lo valioso. En las últimas semanas he tenido la fortuna de reencontrarme con personas que en determinado momento previo de mi vida jugaron un papel relevante y con el paso del tiempo se desvanecieron, pero sólo para "pintarse" con mayor fuerza y se encuentran hoy muy presentes. Si quisiéramos buscar un ejemplo bastaría irnos a Tustin, Ca. Más no bastaría decir que son extraños que se integraron a mi vida, también el círculo familiar secundario se ha hecho más firme, igual, con apoyo y presencia en buenas y malas, pero más cerca que nunca. Otra parte de esto del reencuentro es con el Manito. Siempre viene y va, entre trabajo, novia y viajes, pero va y viene y en cada ocasión lo veo distinto, es un eterno reencuentro. Reencuentros siempre agradables sin duda. Gracias Manito.
    Viene otra parte de este apartado, el desencuentro, que no por la propia naturaleza de la palabra debe ser negativa. Si se me permite hacer una analogía, podría decir que es como dos imanes de polos diferentes que por más que se acerquen, juntos no van a estar. Para mis ojos, no hay mayor desencuentro que eso. Sin más comentarios.
Como podrán apreciar, las cosas han ido juntándose, como lo he comentado con un amigo, conforme pasan los días, las cosas van cayendo en su lugar. Aunque esto suena muy positivo, también pasa que conforme más días pasan, más rápido van estos. Las semanas se diluyen cada día con mayor velocidad y aun encuentro "huecos" que llenar. Espero pronto poder hacerlo. Mientras tanto sigamos viviendo, que como dice Juanes, la vida…es un ratico.

1 comentario:

Luis Vargas dijo...

Amigo...amigo...amigo...
O ¿hermano?... no lo sé. Quizá, lo más probable, no es más que redundar. No es lo importante. Lo verdaderamente importante es el cariño que siento hacia ti, puedo decirte que eres un gran tipo del cual me enorgullezco de poder llamarlo amigo y con quien me ofrezco estar en las buenas, malas, duras, maduras (y verdes también, si no hay policias jajajaja). Gracias por tu presencia cabrón, aunque te faltó agregar que es V de Vargas wey. Y sobre lo otro: eres un mamón en tu relato, jajajaja, no para nada, muy bien. Me gustó y más porque he sido parte de él en todo momento y así seguirá siendo, HERMANO.